Los cuatro jinetes del Apocalipsis

Creo que antes de lanzarse a leer novelas mas cercanas en el tiempo acerca de las guerras mundiales y las diversas perspectivas de análisis, convendría invertir unas horas – gratas, sin duda - en leer esta novela, que da algunas claves valiosas para introducirnos en la historia de las guerras que se libraron en Europa durante el siglo XX.
LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS.
Esta novela es, ante todo, una crónica de la historia y un retrato de la Humanidad que van mas allá del periplo contextual en el que se enmarcan los hechos narrados; pero es , ante todo, una gran muestra de literatura.
1) La novelística de Blasco Ibáñez no tiene nada de folletinesca. Hay que estudiar los elementos que usa y su manejo para ver de qué forma extraordinaria consigue tener al lector hipnotizado al otro lado del hilo. Este aspecto de su narrativa es característico, pues sucede en todas sus obras (las que este lector ha leído) y la clave está en el profundo conocimiento y uso de los factores que componen las coordenadas temporales y evenenciales de la novelística. Él construye tramas relativamente sencillas para iluminar temas complejos que conoce gracias a su gran instinto periodístico y a sus fuentes inagotables de información. Su estilo podría definirse como semidirecto, pues aunque incluye diálogos directos, su presentación de la acción corresponde a una forma literaria indirecta puesto que él explica los hechos en lugar de mostrarlos; por otro lado , su narrador se hace visible, tanto en forma de criterio directo e incidental, como por la poeticidad de su expresión. Su vocabulario dispone de amplios recursos, con los que dota de diversidad lingüística su obra. Quizás abusa -y esto es un rasgo que tiene continuidad en su obra – de la utilización de epítetos, cada sustantivo se acompaña de un adjetivo y cada verbo de su adverbio; lo cual le confiere un cierto carácter de grandilocuencia. Su literatura, en especial esta novela, tienen una cierta orientación didáctica. El repertorio de personajes que abanderan posiciones políticas y filosófico-sociales, acerca la novela a la metáfora. En cierto modo es un diálogo en el que resuelve - de una forma un tanto arbitraria - las responsabilidades de la Gran guerra . El último capítulo glosa sin concesiones ni disimulos su crítica reflexión sobre la guerra y arranca contra los intelectuales y su aristocracia culpándolos de forma directa como instigadores y responsables de la guerra. Más allá de la anecdótica, debemos concentrar la atención en aquellas señales que el autor deja para que sigamos su propósito un tanto postulante. Estas señales son los personaje, los rasgos de los cuales que los convierten en articuladores del discurso.
a) Francia: La familia Desnoyers: Donde de manera un tanto accidental , el hijo acaba pagando una deuda personal que el padre tiene con el país. B.B. habla de la Francia encorajinada ante la agresión , de la Francia líder en carácter revolucionario y defensora de las libertades; pero, también dela Francia desorganizada, de la que lucha con el corazón y desprecia la razón y la metodología; la previsión y la ambición histórica (tan contrapuestos rasgos a los de la Alemania histórica).
b) Alemania: La frase que define la opinión que el autor tiene de este país , creo que es la que pronuncia el sobrino de Marcelo, el profesor Vo Hartrot antes del inicio de las hostilidades: “Es la guerra …debemos ser duros para que resulte breve. La verdadera bondad consiste en ser crueles, porque así, el enemigo, atemorizado, se entrega antes y el mundo sufre menos.” La defensa acérrima que el primo de Berlín (Von Hartrot) hace de la superioridad filogenética de la raza aria, recuerda mucho al planteamiento que Raskolnikoff ( Crimen y castigo)hace para defender el sacrificio de unos en beneficio de todos, dando licencia a las actuaciones de los napoleón y Hitler como auténticos defensores de la humanidad; como responsables ante Dios y ante la Historia de evitar que el mundo camine hacia su propia destrucción. V.B.Ibañez muestra al pueblo alemán como
c) Rusia:El personaje Tchernhoff encarna la sombra de la inminente revolución rusa. Tchernhoff rebate las posiciones de los teóricos alemanes ( como el profesor Von Hartrot), y los tilda de pueblo sumiso, con poca ambición de libertad i carente de espíritu revolucionario ; un pueblo seguidor de unos pocos elegidos de Dios para instruir al mundo; un pueblo donde el triunfo de la ciencia no supone mejoras en la vida del mismo, sino de los empresarios que convierten el progreso en beneficios económicos de unos pocos; un pueblo que crea un dios a su medida y al que atribuye contemplación ante la guerra como único método eficaz de evolución moral. Como el resultado el resultado de la violencia jerárquica de clases, donde cada cual revierte la violencia sufrida golpeando a aquel que tiene inmediatamente debajo, en un efecto escalera de dominó. Acusa a los zaristas rusos de ser imitadores del zarismo prusiano. También se ocupa de la Iglesia institucional, admitiendo que los socialistas persiguen finalidades cristianas pero por distintas razones y métodos: la protección de los débiles es un acto de justicia , y no de piedad, como expone la Iglesia.
LA NOVELA Y sus versiones cinematográficas. Una vez más aplicaremos la máxima de “_ me gustó mas la novela”. Lo digo sinceramente, una vez mas , los cineastas americanos y sus concesiones a la comercialidad acaban confundiendo el mensaje y omitiendo la fuerza – en este caso feroz- de la historia original.
OTRAS NOVELAS – de alguna manera relacionadas – y que este lector recomienda, son : El viaje de los malditos. La ladrona de libros. El baile de los malditos.
FERNANDO ORMAZABAL, JULIO 2009-07-16

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